LA BANANA Y LA OBESIDAD

 Aunque a primera vista pudiera chocar un poco el que la banana entre en el menú de ciertas dietas – dice el doctor Laguna-, como alimento fundamental para corregir la obesidad, dado el poder calórico del mismo, la realidad es que Harrop formuló su célebre dieta a base de bananas y leche.

La dieta de Harrop está constituida exclusivamente por bananas y leche durante un periodo de 10 a 14 días, o en 2 comidas al día durante un tiempo.

La dieta se componía de seis bananas grandes y maduras y 1 litro de leche desnatada diariamente. El número de tomas en que se distribuye dicho alimento lo deja a voluntad del individuo.

Esta dieta suministra menos de mil calorías, presentando así algunos inconvenientes importantes que se observarían adicionándole cantidades de abundantes de vegetales verdes, pero nunca en la misma comida por ser incompatibles las frutas y las verduras.

Por lo tanto, las ensaladas a base de lechuga, escarola y col (hojas) deben

prodigarse. Se aliñarán con limón, sin sal y aceite. Este suplemento “escoriáceo” a la paz que contribuye a calmar el apetito, eleva la proporción de sale minerales y vitaminas de la dieta Harrop y facilita la evacuación intestinal, seriamente comprometida con el régimen de bananas y leche. Este detalle y otros muchos sólo lo debe valora el médico al formular un plan dietético al individuo obeso.


El      papel fundamental de la banana, es el potasio, que entrega al cuerpo, permitiendo de esta manera junto al jugo de limón, obtener la relajación muscular y un corazón en perfecto funcionamiento.

Entonces ¿una dieta de banana engorda?, como siempre, todos los excesos son malos. Pero comer 1 banana luego de una ensalada, tu corazón te lo agradecerá y la balanza no se enterará.

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