Se emplea la corteza despojada de la epidermis en uso
interno en cocimiento al 3% contra la ascitis, las enfermedades de la piel y la
hidropesía.
Algunas variedades de este árbol tienen unas agallas que
suelen contener un líquido dulce y vicoso, llamado “agua de olmo”, que se usa
para lavar heridas y contra las enfermedades de los ojos.
Haciendo evaporar el agua de ese líquido se obtiene un bálsamo
muy eficaz para combatir las afecciones del pecho.
Con la corteza del olmo leonado, ulmus fulva, se
prepara un cocimiento que sirve como
bebida, para lociones y fomentos; es emoliente.
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