La banana o plátano es el fruto de un árbol de los países tropicales que proporciona tres cosechas al año. Dada la calidad nutritiva de su fruto, constituye una gran fuente de valiosos principios nutritivos.
La banana casi no contiene celulosa (0,20%) y la tasa de tanino es del 3%. Según se desprende del esquema primero, tiene poca cantidad de proteínas y grasa y es muy rico en hidratos de carbono.
Este porcentaje de hidratos de carbono se eleva considerablemente en la harina de banana, que es muy similar en su composición a la del trigo y se utiliza en muchos puntos de América para elaborar pan.
Es útil consignar que la banana, al metabolizarse, deja un sedimento alcalino, mientras que la harina de trigo – y los cereales en general- es generadora de ácidos.
La digestibilidad de la banana depende del grado de su madurez. En la banana verde sus carbohidratos se encuentran casi en su totalidad en forma de almidón.
Diversos investigadores han hallado gran cantidad de almidón en las heces de los individuos que los consumían en tal estado.
Las bananas se digieren mejor, y en consecuencia son más aprovechadas por el organismo, si se comen maduras. Más aún si la cúspide de la sazón la han alcanzado en la planta. Esto sólo es asequible a los individuos que residen en las comarcas donde se cultiva la banana. Lo corriente es que la banana se arranque de la planta estando verde, para evitar que se descomponga durante el transporte marítimo, lo cual sucedería si se cogieran maduras.
Cuando la banana está madura, el azúcar domina sobre los demás componentes. Casi todo el almidón del mismo se ha transformado en dextrina y azúcar; que se asimila muy bien, la banana que está en su punto de madurez y es de buena clase tiene un sabor y aroma delicados.
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